En nuestro interior está el potencial para SER todo!
La energía creadora contiene en su esencia divina ambos aspectos creativos, tanto masculino como femenino, que se integran y complementan de forma perfecta y armoniosa.
Sin embargo, con el exceso de estimulación y condicionamiento que recibimos el mundo, muchos de nosotros solamente hemos experimentado y sido conscientes del aspecto masculino, relegando el aspecto femenino a la incomprensión y olvido. Esto ha generado desequilibrio en la consciencia humana e incluso en el planeta mismo, ya que la Madre Tierra es parte del aspecto femenino de Dios y porta en su llama sagrada interior, la energía de la Diosa en su estado más puro.
Sin importar el sexo en que nacemos en esta vida, todos los seres poseemos ambas energías, masculina y femenina circulando en nuestro cuerpo, corazón y mente.
Sin embargo, a causa de las creencias que nos fueron pasadas a lo largo de nuestra vida, a los hombres les cuesta reconocer e sintonizar la energía femenina.
Tal vez por temor a dejar de ser “verdaderos hombres” y a las mujeres les sucede lo mismo con su energía masculina, lo que origina que busquemos fuera, esa parte opuesta que nos llenará.
La mayoría de nosotros ha recibido informaciones que son asimiladas como verdaderas, y que genera una percepción de que no se es capaz de realizar lo que se desea, o que aquello que nos gustaría realizar es difícil!
Una forma de no seguir alimentando estas creencias, es quitarle el poder que es manifestado a través de pensamientos y actuación ineficientes, y reforzada por el condicionamiento masivo que recibimos.
Esto trabajo puede empezar a través de la auto-observación constante y realizando frecuentemente un análisis de sus creencias, pensamientos y patrones de comportamiento.
Una persona cuando no tiene consciencia de sus patrones internos, no puede cambiarlos, y la tendencia es repetir veces sin fin estos mismos patrones, aun que ellos no le agraden.
Como funcionamos en el mundo cuando no trabajamos nuestras percepciones y creencias?
80% de nuestras actitudes funcionan por herencia (por similitud genética), a través de la representación neural de la realidad por las neuronas espejo. Las neuronas espejo son una clase de neuronas que se activan cuando una persona observa o hace la misma actividad que está observando ejecutar por otro individuo, especialmente un familiar.
Las neuronas del individuo imitan como "reflejando" la acción de otro: así, el cerebro del observador está él mismo realizando la acción del observado, de allí su nombre de "espejo". En el ser humano se las encuentra en el área de Broca y en la corteza parietal.
La neurociencias demuestra que estas neuronas desempeñan un importante rol dentro de las capacidades cognitivas ligadas a la vida social, tales como la empatía (capacidad de ponerse en el lugar de otro) y la imitación. De aquí que algunos científicos consideren que la neurona espejo es uno de los más importantes descubrimientos de las neurociencias en la última década.
Los resultados de los estudios por imágenes del cerebro han demostrado que estas áreas del cerebro humano se activan cuando la persona realiza una acción y también cuando la persona observa a otro individuo realizar esa misma acción.
Daniel Goleman, autor del libro "La inteligencia emocional", afirma que: “Estas neuronas detectan las emociones, el movimiento e incluso las intenciones de la persona con quien hablamos, y reeditan en nuestro propio cerebro el estado detectado, activando en el cerebro las mismas áreas activas en el cerebro de nuestro interlocutor, creando un contagio emocional", o sea, el que una persona adopte los sentimientos de otra.
Estas neuronas asimilan informaciones y repiten acciones internamente y cargan nuestro cerebro y memoria con contenido emocional generando una percepción y representación del mundo única.
Aun cuando solamente observamos algo, nuestro cerebro reacciona como si fuéramos actores de la situación. Esto genera, muchas veces, memorias que no son reales, o también llamadas de memorias imaginarias.
Todas estas informaciones son partes de nuestros sistemas de creencias y se quedan archivadas como información en nuestra memoria celular y cuando no somos conscientes de ellas, ellas determinan como funcionamos en el mundo.
Nuestras creencias son responsables por lo que llamamos de mente discriminativa. Genera sensación de separación y perdimos la percepción de totalidad, apartándonos de las decisiones tomadas a través de la inteligencia superior del corazón y del área intuitiva y creativa del cerebro.
La mente discriminativa también es responsable por la polarización. Siempre que asumimos un lado de la polaridad, perdimos el estado de conexión real con nosotros mismos y con el mundo alrededor.
La polarización interna genera la falta de confianza en sí mismo, dificultades de tomar decisiones, baja autoestima, y conflictos internos que se reflejan en las relaciones interpersonales.
La polarización nos torna prisioneros de la consciencia limitada, nos tornando personas limitadas, y es reforzada por nuestro sistema de creencias personal y archivada como real para nosotros en la memoria celular.
Conlleva a actitudes extremadas, tales como: Rotular a las personas y situaciones, tendencia a dualidad rechazo/agarrar, mal estar físico, como falta de comodidad consigo mismo, inseguridad, falta de amor propio.
Es importante no identificarse con estos eventos, buscando la totalidad en cada circunstancia y comprendiendo que nuestra percepción es solamente una pequeña parte del todo.
Analizando nuestras creencias y patrones ineficientes, empezaremos a ver donde mantenemos juicios, creencias erróneas, principios enmarañados y necesidades no satisfechas. Estos tipos de patrones son nudos en la consciencia y generalmente son mantenidos en algún lugar donde hicimos alguna elección ineficaz, y que se queda archivado en la memoria celular, retrayendo nuestra energía vital.
Estas se reflejan en la consciencia mental/emocional de forma inconsciente siendo una punta del iceberg de los archivos de memoria, como miedo, dolor, y experiencias traumáticas antiguas. Estos temores y la fuente de nuestros problemas están en el mundo interior, y no en el mundo exterior, aunque lo veamos espejados ahí.
Ellos crean obstáculos que vemos manifestados en nuestra vida externa.
Cuando limpiamos los patrones y nudos internos que nos bloquean la energía, nos tornamos más íntegros y capaces de manifestar mayor totalidad en nuestra vida.
Utilizar la energía femenina que hay en nosotros, es una poderosa herramienta que conlleva a la auto-transformación. La vida y la perfecta armonía en el universo no pueden ser creadas sin la energía femenina.
Esto significa entrar en sintonía con el principio cósmico de la Divinidad y la vida creativa.
Estos son los más grandes Poderes de la Energía Femenina que se manifiestan en los seres humanos: El Poder Creativo e Intuitivo del Hemisferio Derecho del Cerebro y que, a través de ello, podemos entrar en sintonía con El Poder Superior de la Inteligencia del Corazón.
Cuando trabajamos la conexión con la energía femenina, que está disponible para todos, hombres y mujeres, actuamos en nuestra vida cotidiana de una forma más equilibrada, derribamos las barreras de la incomprensión y el desmesurado racionamiento para centrarnos en la divinidad de nuestro corazón, manteniéndonos centrados en nuestro poder interno y conectándonos con el mundo que va mucho más allá del personal, entramos en contacto con la poderosa Sabiduría de la Divinidad Femenina.
